Habla sobre dos historias: la de Altäir Ibn-la Ahad, un asesino de la segunda cruzada y la de Desmond Miles, un camarero de un famoso bar que esconde en su celebro la memoria de su antepasado Altäir.
En el año 2012, Desmond es secuestrado por Abstergo una gran empresa mundial, que no es más que una tapadera de la antigua orden templaria que en la edad media quería controlar la voluntad de los hombres para así, hacer desaparecer falsos fantasmas religiosos y acabar de una vez con las guerras, un buen propósito con medios inadecuados, ya que una hermandad de asesinos lucha por el libre albedrío de los hombres. Tanto los templarios, ahora llamados Abstergo como asesinos continúan con una lucha que nadie sabe cuando empezó.
Ya en Abstergo, un grupo de científicos formado por el Dr. Warren Vidic y su ayudante Lucy Stillman le muestran el Animus, una máquina capaz de revivir las memorias de los antepasados de una persona. Desmond se adentra en la mente de Altäir, y revive la lucha entre templarios y asesinos durante la tercera cruzada que le conducirá a descubrir cosas insospechadas para él.
Dejando la historia en ese punto, el juego no se merece la historia que tiene, para mi la mejor, con la forma de jugar. Es horrible, quizás se deba porque era el inicio del cambio de PS2 a PS3, o el primer juego del proyecto, no lo se, pero las misiones son siempre las mismas (fisgonear, robar e interrogar), no existe mayor aliciente de pasarte rápido el juego para intentar enterarte de la entreversada historia, lo cual resulta un arma de doble filo, ya que cada una de las misiones revela un dato que el jugador puede utilizar para pasarse la misión (cargarse el tio, algo que luego también hablare de ello) y que la gente en su empeño de terminar rápido (a mi me paso la primera vez, suerte que volví a jugarlo) se las pasa de largo, al igual que en la historia de Desmond también hay algunas conversaciones, robos etc. que dan información sobre la guerra entre asesinos y templarios. Hablando de enemigos finales, en la mayoría de los casos tienes que enfrentarte a ellos al ser detectados, dado que la unica forma de ocultarse consiste en mezclarse con los clérigos y en el momento de abandonar la formación eres detectado. Al igualmente el estilo de lucha no ayuda, ya que el sistema no permite matar a distintas altura.
Sigamos hablando del sistema de batalla. En el combate cuerpo a cuerpo, en una primera instancia era muy difícil luchar contra los guardias, ya que Altäir queda privado de su rango de asesino y su cualidades como tal, lo que deja una primera misión con un simple ataque de rotura de armadura, bastante difícil de efectuar, lo que hace que intentes no buscar problemas o escapando de ellos, cosa que se acopla a las normas del credo, pero una vez aprendido el contraataque, combatir con los enemigos no es complicado, una vez salí andando y matando a cualquiera que se pusiera por medio, mientras todos me buscaban. Otra cosa que no me gustaba mucho es que apenas existía diferencia entre la espada larga y la corta, únicamente que la corta lanzaba cuchillos... y muchas veces sin quererlo. Para finalizar a lo que combate se refiere, hablare un poco de esos estúpidos enemigos persiana... que atacaban de uno en uno y que los arqueros soltaban las ballesta a la primera de cambio.
En cuanto a movimiento, los avances del personaje son torpes y muy rectos. El personaje va escalando y dando salto por los tejados y vigas, y estos movimientos tan rígidos no favorecen su avance provocando varias caídas.
La mayoría de las personas al leer esto dirían que no vale la pena perder el tiempo, y verdaderamente es cierto, pero se equivocarían, ya que solo son los cimientos de una gran saga de videojuegos donde posteriormente dará un gran salto de calidad en muchos de los aspectos anteriores.
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